jueves, 14 de abril de 2011

Las gaviotas

          Había una vez un hombre, de profesión ma-
rinero, a quien gustaban mucho las gaviotas.
Todas las mañanas iba mar adentro para to-
mar su baño y nadaba entre cientos de estos
pájaros. Un día su padre le dijo:
-Me han informado que tu nadas entre
gaviotas, y me gustaría que me cogieras un
par de ellas para tenerlas en una jaula.
Al día siguiente fué al mar como siempre, pero
¡oh, decepción! las aves no se ponían al alcan-
ce de su mano.

El evangelio del Tao.

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