sábado, 6 de marzo de 2010

Titicaca

Por fin ducha de agua caliente en el París, hostal barato de La Paz. Ayer llegamos a la capital, después de esperar 2 días en Copacabana, a la orilla del lago Titicaca debido a la increible huelga de transportistas y conductores bolivianos. A grosso modo: Evo Morales quiere aplicar tolerancia cero a la pareja alcohol + conductores, debido a la gran cantidad de accidentes de tráfico que hay en Bolivia.

Los conductores de autobuses, camiones, transportistas y algunos particulares se han lanzado a las carreteras, haciendo bloqueos y cortes: Quieren seguir conduciendo borrachos.

Lo bueno es que el hostal solo costaba 7 bolivianos (0,7 euros) la noche. El Paris cuesta 2 euros la noche, y sigue siendo igual de asqueroso. Sin embargo, la capital es muy barata.. El jugo natural de zanahoria y naranja de esta mañana: 2 bolivianos.. and so on

Estas dos semanas en la Isla del Sol (en la zona norte), en el lago Titicaca, han sido fascinantes.. Por fin yo también he encontrado mi playita, en la que nadie hace preguntas, en un lugar místico, a casi 4mil metros, con un frio que pela por las noches, y un sol que arde durante el día, a precios de la India, pero en américa, y con gente buena, gente que sabe compartir, corazones que buscan, arropados por el San Pedro y la hierba.. Pasamos los días como yonkis de la luz, dejándonos robar el aliento por la isla y la falta de oxigeno y entregandonos a los enormes flujos de energía que aqui hay (bueno, escribo esto desde La Paz, en la isla no hay telefonos, internet, carros, asfalto.. nada)

Alberto dice que el Titicaca es un chakra del planeta Tierra (creo que es el sexual)

En el facebook de Alberto hay algunas fotos, yo todavia no he podido subir nada..
Hemos venido a la Paz a por comida, más San Pedros y algo de ropa de abrigo. Los viajes nos los pegamos a media tarde y duran hasta bien entrada la noche. De viaje el frio no existe, pero el cuerpo lo siente, y uno ya no es un chaval..
Nos volvemos para la isla, una o dos semanas mas..
Medicina, auténtica medicina..
Un abrazo