jueves, 26 de febrero de 2009

Panama

En la frontera, antes de sellar -gratis- se acerca una señorita con nosequé pegatina de la Cámara de Turismo-blabla y te saca un dolar. Uhmm.. sospechoso.. Luego nos enteramos que no hace falta (en Costa Rica, más del mismo plato, es que no aprendemos!). Después, el gran vacio, más de 400 km de carretera y una vegetacion mucho mas seca que en Costa Rica. Atravesamos varios pueblos que celebran los carnavales. Aqui la cosa es reggeaton+tirarse agua unos a otros+alcohol. Niños con pistolas de agua, adultos con cubos, mangueras..
La panamericana llena de borrachos. La imagen que ofrecemos, viajando en nuestras bicicletas cargadas, pasando por la espina dorsal de este país sin costillas, creará sensaciónes multiples entre los locales. Para ayudarnos a integrarnos en la república panameña, en la cual uno ha de llevar dolares americanos en la cartera pero debe llamarlos balboas, muchos enardecidos viajeros nos arrojaron agua varias veces, desde autobuses mientras arreglas un pinchazo, desde coches por que "where du yu cam frooommmm?"..

La sensación que uno se lleva de Panama solo puedo resumirla con estas palabras, casi onomatopéyicas para mi:

Naaasty, papito, mamita, tu sabes, blodel

Aunque hay que decir que solo es una apreciación personal, no necesariamente real. La gente se ha portado igual de bien con nosotros que en cualquier otro pais, proporcionandonos alojamiento en sus fincas y jardines y dándonos agua de sus plumas.

Con Panama se cierra el capítulo centroamericano de plumas, chorros, grifos, tubos y aguas generales y sus infundados peligros tan fuertemente inculcados en la mente del turista gracias a la ardua labor de las embotelladoras de agua y vaya usted a saber que otros poderes fácticos.

Hemos llegado a la conclusión que el verdadero peligro estomacal está en las carnes y no en el agua (ojo al dato turista!). Y tengo que decir que en más de 10 ocasiones los grifos eran francamente..terrrrrribles :)

La panamericana se hace larguísima en Panama, con sus tramos buenos y no tan buenos, y más bares (la cosa azul que pone Atlas, no hay pérdida) que clientes. Algo así como la madrileña calle Alcalá estirada hasta llegar a la mismísima Plaça de Catalunya y rodeada de bananos y vacas africanas (creo que es la raza brahman).

Historias varias, como la primera noche en la que pretendiamos acampar en una de las cosas azules en las que pone Atlas y resultó ser un antro peor que La teta enroscada, de Abierto hasta el amanecer (Titty Twister, From dusk till down), con vampiros y todo, oiga.

También esta la historia de Loren, el gringo que nos recogió de la carretera para llevarnos a su hotel de lujo en las montañas, ¿con ocultas intenciones? Resultó ser un Centro de Ayuno donde suceden muchos milagros a 1200 dolares por semana (para los clientes, ojo! nosotros invitados). El precio incluye el agua.. por que es lo unico que harás durante.. hasta 6 semanas!

Un tipo obsesionado con los ayunos, el agua y la fruta como unico alimento (ah! y las VISA, que también cuenta como alimento). Pasamos mucha hambre (jajaja, sobre todo Jessica y Martin, que se acoplaron muy bien a las galletas super-cerdas-hidrogenadas que hay en cualquier tiendecita) La experiencia... podriamos decir que fue muy nutritiva.. :)

Excelente desayuno con leche recien ordeñada de la señora de la foto de arriba (o alguna de sus congeneres) en un rancho ganadero al que solicitamos pernocta una tarde de viento en contra y mucha desnutrición.
Randall me recomendó encarecidamente que no dejara de visitar a los indios kuna en las islas de San Blas al pasar por Panamá. Primero intentaré dejar resuelto el barco para el Pacífico y luego, si tengo tiempo podria ser una buena opción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario