martes, 14 de junio de 2011

¿Y a quién le importa el mañana?

Los enamorados siempre tienen miedo. El miedo se debe a que el amor viene como una brisa. No lo puedes producir, no es algo que se fabrique, llega. Pero todo lo que llega por sí solo, puede también, de la misma manera, irse; eso es un corolario natural. El amor llega, y las flores crecen en ti, despiertan canciones en tu corazón, un deseo de bailar… pero, con un temor escondido. ¿Qué pasaría si esta brisa que ha llegado hasta ti, fresca y fragante, te dejara mañana?… porque tú no eres el límite de la existencia. Y la brisa es sólo una invitada, va a estar contigo mientras quiera estar, y se irá en cualquier momento.

Esto crea temor en la gente, volviéndola posesiva. Empiezan a cerrar sus puertas y ventanas para mantener la brisa dentro; pero cuando tus puertas y ventanas están cerradas no es la misma brisa. La frescura se pierde, la fragancia se pierde, pronto es repugnante. Necesita libertad y tú le has quitado la libertad; es sólo un cadáver.

En el nombre del amor, la gente está cargando con el cadáver del otro, y a esto lo llaman matrimonio. Y para cargar cadáveres, tienes que ir a una oficina de Registro Civil para convertirlo en lazo legal. El amor no puede permitir el matrimonio. En un mundo auténtico, el matrimonio sería imposible.

Uno debe amar, amar intensamente, amar totalmente, y no preocuparse del mañana. Si la existencia ha sido tan extática hoy, confía en que la existencia va a ser más bella y más sublime mañana. A medida que tu confianza crece, la existencia será cada vez más y más generosa contigo. El amor se derramará sobre ti. Más flores de alegría y éxtasis lloverán sobre ti. En tu vida de sesenta y tres años, todo lo que conociste en el nombre del amor, no era amor. Pudo haber sido un capricho, pudo haber sido atracción biológica, pudo haber sido una conspiración hormonal en contra de dos individuos, pero no amor. Tú has conocido el amor por vez primera… porque éste es el único criterio: tu libertad se profundiza; tu independencia se vuelve más sólida, integrada, transparente y cristalizada. Éste es el único criterio de que el amor te ha visitado, de que el amor ha sido un invitado en tu corazón.

¿Y a quién le importa el mañana? A la gente que le importa el mañana, es a la gente que no tiene hoy, que son miserables ahora mismo y tratan de ocultarlo, tratan de ignorarlo con la esperanza, con el deseo, con el sueño de un mañana. Pero el mañana nunca llega. Esta es una de las dificultades, siempre es el hoy el que llega; y te acostumbras a ser miserable hoy, y esperas, deseas, sueñas con un mañana. Te has perdido la vida. La gente se ha acostumbrado tanto a los mañanas que no sólo están pensando en esta vida de mañana, ellos piensan en la vida después de la muerte.

El amor es el más alto valor en la vida. No debe ser reducido a ritos estúpidos. Y el amor y la libertad van juntos; no puedes elegir a uno y dejar el otro. El hombre que conoce la libertad está lleno de amor, y el hombre que conoce el amor está siempre dispuesto a dar libertad. Si no puedes darle libertad a la persona que amas, ¿a quién entonces puedes darla? Dar libertad no es otra cosa que confiar.

La libertad es una expresión del amor.

Así, estés casado o no, recuerda: Todos los matrimonios son una farsa, son sólo conveniencias sociales. El propósito no debiera ser encarcelarte y amarrarte al otro; el propósito sería ayudaros a crecer juntos. Pero el crecimiento necesita libertad, y en el pasado todas las culturas olvidaron que sin libertad el amor se muere.

Una Nueva Vision sobre la Liberación de la Mujer. Osho

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