domingo, 9 de mayo de 2010

Apolobamba

Cuando, en la isla del Sol, Carlos me contó sus planes, hace ya un par de meses, me enrolé inmediatamente, a sabiendas de que probablemente no se llevarían a cabo.
Ponernos fuertes en el trekking de Apolobamba (115 kilometros andinos siempre entre 4 y 5mil metros de altura) y después intentar subir el Huayna-Potosi (6088 mts), un 6mil apto para todos los públicos.
Algunos amigos se fueron y otros nuevos surgieron. En Sorata conocimos a Pendorcho y a Marcos, y de ahí tomamos el bus que, a ritmo de flauta andina, cruza el altisimoplano boliviano y nos deja en Pelechuco, inicio del trekking.



En las mochilas, San Pedro y la intención de llegar a las comunidades kallawayas que viven en las montañas, ancestrales curanderos. Mucha locura en nuestras cabezas que debía ser tratada por profesionales :)

Por problemas técnicos con la cocinilla el café se calienta quemando boñiga de vaca.


Marco siempre anda al frente, con gran diferencia. Carlos, Pendorch y yo somos la cruzada de hobbits, llevando el verde cactus a Curva -pueblo kallawaya-, para arrojarlo alli sobre nuestras mentes, cruzar los dedos y pedir que algo en ellas se rompa.
Nevados, glaciares, manatiales y portentosas cimas andinas.

Desde Sorata, en dos dias llegamos a la laguna glaciar (5030 mts).
MythBusters! ¿Quién dijo que la ganja no pega a 5000?


Agotamiento, frio y buen rollo a discrección, siempre acompañados por las llamas y las alpacas.



Senderos que a ratos los mineros locales han convertido en pistas para 4x4. Leyendas de espíritus chupasangres y mineros ávidos de oro y generosos con el plomo :)


La única mina por la que pasamos fue un lugar encantador, donde nos aprovisionaron de comida (No.. la dinamita no se la podemos vender :) y nos mostraron una cara desconocida de la siempre dura existencia boliviana.
Un error de cálculo alargó a dos los días de ayuno, complementado con brutales descensos y ascensos. Gracias Pendorcho por las labores de investigación con las pocas almas que habitaban los recovecos de las montañas: "Tu conocer curandero bueno? ¿Cual nombre?".
Aqui la gente solo habla Aymara, pero Pendorch es capaz de desorientar a una tortuga galapago con su espectacular despliege de locura y nos abre las puertas de Don Pedro, un viejo sabio.
Lectura de la hoja de coca y limpia, para que todo vaya bien, suerte nomás.
Al dia siguiente, las aguas termales de Charazani nos arropan en nuestro visita a San Pedro.. descomunal trip, al estilo Castaneda, en tierras chamanicas llenas de locura y energias.. Todo es familia, todo cura..

No estabamos alli.

Recogemos nuestros huesos, los envolvemos en un saco de piel y como podemos los facturamos en el bus hacia Sorata.. Necesitamos descansar y alimentarnos bien para lo que se avecina.. Huayna huayna..

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